sábado

CASA DE MUÑECAS


“Nuestra sociedad es masculina, y hasta que no entre en ella la mujer no será humana” (Henrik Ibsen)

Henrik Ibsen es uno de los genios renovadores del teatro contemporáneo. Este noruego nacido en 1828 funda las ideas del teatro de contemporáneo.
“Casa de muñecas” es una de sus obras más destacadas, reflejo de su teatro intimista, feminista, psicológico, fundado en la verdad y la libertad. La mujer, Nora en este caso, es un elemento clave de su obra.
Nora es una mujer puerilizada, frívola, despreocupada, que vive en un mundo ideal y cerrado, dentro de una sociedad masculinizada. Su padre, y ahora su marido Torvald Helmer, la han tratado como a una niña pequeña, no dejándola pensar ni actuar por sí misma y mimándola al máximo. Y ella se ha dejado llevar, adoptando una actitud infantil y sumisa.
Pero Nora no se queda estancada en esta fase infantil, sino que evoluciona, intenta liberarse del yugo masculino que la oprime y no le deja desarrollar plenamente su verdadera personalidad. Para ello solicita un préstamo a Krogstad, empleado del banco que dirige su marido. Este dinero lo utilizará para salvar, viajando a Italia la vida de Helmer, ya que este necesitaba ciertos cuidados para su salud que no podía obtener en su Noruega natal. Así Nora se demuestra a sí misma su valía como mujer y su capacidad para tomar decisiones. Todo este asunto del préstamo se va enrevesando progresivamente debido a la aparición de la señora Linde, que conlleva la pérdida del empleo a Krogstad. Éste presionará a Nora para recuperar su puesto, amenazándola con revelar a su marido el contrato y denunciarla por falsificar la firma de su padre, necesaria para el aval. Nora trata de evitar por todos los medios que este hecho ocurra, ya que a su marido le ofendería sobre manera saber que “le debe algo”. Pero finalmente decide que lo mejor es descubrir el secreto a Helmer, explicándole lo que ha pasado realmente. Torvald se toma muy mal la confesión de su mujer porque para arreglar el entuerto debe perder su honor, y para él la honra está por encima de todo y de todos. Es aquí donde Nora se da cuenta de la falsedad de su matrimonio y toma una decisión que la eleva a la categoría de heroína, que la hace madurar y demostrar su rebeldía: renuncia a su matrimonio y a sus hijos y abandona el hogar conyugal. A mi juicio esta decisión engrandece al personaje de Nora, que había tenido unos comienzos un tanto frívolos.
Observamos en toda la obra las tendencias ideológicas de la sociedad de la época, el carácter creíble de los personajes, etc.; podemos apreciar aquí la verosimilitud lograda por Ibsen en cuanto a ideología y creación de personajes. Esta “verdad” es pieza fundamental de toda su obra dramática.
En mi opinión es una obra muy verosímil e interesante, sobre la que es preciso reflexionar a fondo, ya que contiene aspectos tremendamente innovadores.
Finalmente, habria que agradecer a Ibsen por llevar al teatro la causa feminista, (que no es, sino la lucha de un ser humano por realizarse a sí mismo) en una época de difícil aceptación de este loable argumento.

Dicen que el portazo de Nora cuando sale de su hogar burgués dejando estupefacto a su marido, es el portazo más sonoro de toda la historia del teatro.

¿Cuántas Noras quedan aún por dar ese portazo?

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