sábado

RETRATOS



DEDICADO CON MUCHO CARIÑO A:ELENA, DELIA, BEATRIZ, NORA, MARINA, MARTHA, SARA, FRANCA, ALANA, MIRANDA, MALENA, KITY, LILIANA, GENOVEVA Y A MIS DOS ABUELAS ISABEL Y CONCEPCION.

DOROTHY PARKER “Cuatro cosas hay que la hubiera pasado mejor sin ellas: amor, curiosidad, pecas y dudas”.


Estúpidas mujeres del mundo, ¿siguen allí? ¡Despierten!

Basta con empezar a leer el ejemplar Narrativa completa de Dorothy Parker para oír el grito. Luego, constatar que las mujeres de las que ella habla, efectivamente siguen allí.

Pocos autores pueden suscitar esta urgencia por responder después de haber tenido que acarrear sus libros de un siglo para el otro. Dorothy Parker nació en el XIX, vivió en el XX y resucitó en el XXI casi sin haberse muerto. Podría decirse que todo le salió bien: se hizo famosa por obras y conversaciones, por agria y por cómica. A los 23 empezó como columnista de Vogue, fue crítica teatral en Vanity Fair, fundadora del New Yorker y colaboradora en Harper Bazaar, en Life, entre otras. En Esquire firmó durante años una atípica crítica literaria que se dirigía a sus lectores como quien charla con sus primos que no leen mientras resume y destroza con una frase maldita argumentos completos. Su cuento “La auténtica rubia” ganó el premio O. Henry como mejor relato breve de 1929. Cuando quiso, se transformó en guionista de Hollywood y obtuvo salario “masculino”, escribió más de diez guiones, entre ellos el de Nace una estrella que fue nominado al Oscar. También hizo el guión, además de un breve cameo para Sabotaje dirigida por Hitchcock. Tuvo su mansión en Beverly Hills y varios departamentos, aunque se alojó en las habitaciones de múltiples hoteles de Nueva York, California, Francia y España de los cuales la leyenda dice que casi siempre se fue sin pagar.

Había remontado un mal comienzo: su madre murió cuando ella tenía cuatro años, su madrastra fue cruel, su padre también murió antes de tiempo y la tragedia del “Titanic” se llevó a uno de sus hermanos. Tuvo que dejar los estudios a los 13 años y trabajar tocando el piano en una escuela de danza hasta que en Vogue decidieron publicarle su primer poema.

Lo que vino después, una vida lo suficientemente atenta, oportuna y larga como para protagonizar los años locos, los de la generación perdida, los de la guerra, los de Doris Day y los de la hora hippie. La encontraron muerta el 7 de junio de 1967, a los 74 años, en una habitación de hotel acompañada por su perro y por una botella de whisky a medio liquidar.

Ella misma hizo sinopsis de su existencia con frases ingeniosas que hoy son tan célebres y tal vez apócrifas como las de Groucho o las de Wilde. Por eso, de haber sido por Dorothy, todo lo dicho anteriormente pudo haberse evitado y resumido en una sola frase: “He sido pobre y he sido rica.
Créanme: rica es mucho mejor."
Habrán querido tanto a Dorothy. No fueron muy dulces. Luego de su muerte tardaron años hasta reclamar sus cenizas. Su genial epitafio supera para siempre este detalle: “Perdonen por el polvo”.