viernes

GRITO DE ALERTA




GRITO DE ALERTA

Bruno e Marrone
Composição: Gonzaguinha

Primeiro você me azucrina
Me entorta a cabeça
Me bota na boca um gosto amargo de fel
Depois vem chorando desculpas
Assim meio pedindo
Querendo ganhar um bocado de mel

Não vê que então eu me rasgo,
Engasgo e engulo
Reflito e estendo a mão
E assim nossa vida é um rio secando
As pedras cortando
E eu vou perguntando: até quando?

São tantas coisinhas miúdas,
Roendo, comendo
Arrasando aos poucos o nosso ideal
São frases perdidas num mundo
De gritos e gestos
Num jogo de culpa, que faz tanto mal

Não quero a razão
Pois eu sei o quanto estou errado
O quanto já fiz destruir
Só sinto no ar o momento
Em que o copo está cheio
E que já não dá mais pra engolir

Veja bem
Nosso caso é uma porta entreaberta
Eu busquei a palavra mais certa
Vê se entende o meu grito de alerta

Veja bem
É o amor agitando meu coração
Tem um lado carente dizendo que sim
E essa vida da gente gritando que não

ABUELAS DE PLAZA DE MAYO


El 24 de marzo de 1976 las Fuerzas Armadas usurparon el gobierno constitucional en la República Argentina por medio de un golpe de estado. Desde ese momento, el régimen militar, que se autodenominó "Proceso de Reorganización Nacional", llevó adelante una política de terror. La "desaparición", forma predominante a través de la cual ejerció la represión política, afectó a 30.000 personas de todas las edades y condiciones sociales que fueron sometidas a la privación de su libertad y a la tortura, y entre ellas a centenares de criaturas secuestradas con sus padres o nacidas en los centros clandestinos de detención a donde fueron conducidas las jóvenes embarazadas.
La cantidad de secuestros de niños y de jóvenes embarazadas, el funcionamiento de maternidades clandestinas (Campo de Mayo, Escuela de Mecánica de la Armada, Pozo de Banfield, etc.), la existencia de listas de familias de militares en "espera" de un nacimiento en esos centros clandestinos y las declaraciones de los mismos militares demuestran la existencia de un plan preconcebido no sólo de secuestro de adultos sino también un plan sistemático de apropiación de niños.
Los niños robados como "botín de guerra" fueron inscriptos como hijos propios por los miembros de las fuerzas de represión, dejados en cualquier lugar, vendidos o abandonados en institutos como seres sin nombre N.N. De esa manera los hicieron desaparecer al anular su identidad, privándolos de vivir con su legítima familia, de todos sus derechos y de su libertad.
La Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo somos una organización no-gubernamental que tiene como finalidad localizar y restituir a sus legítimas familias todos los niños secuestrados desaparecidos por la represión política, y crear las condiciones para que nunca más se repita tan terrible violación de los derechos de los niños, exigiendo castigo a todos los responsables.
Nada ni nadie nos detuvo para buscar a los hijos de nuestros hijos. Tareas detectivescas se alternaban con diarias visitas a los Juzgados de Menores, Orfelinatos, Casa Cunas, a la vez que investigábamos las adopciones de la época. También recibíamos -y seguimos recibiendo- las denuncias que el pueblo argentino nos hace llegar, como una manera de colaborar en la tarea de ubicación de los pequeños. Este es el resultado de nuestra tarea de concientización de la comunidad.
Con el fin de localizar los niños desaparecidos Abuelas de Plaza de Mayo trabajamos en cuatro niveles: denuncias y reclamos ante las autoridades gubernamentales, nacionales e internacionales, presentaciones ante la Justicia, solicitudes de colaboración dirigida al pueblo en general y pesquisas o investigaciones personales. En años de dramática búsqueda sin pausas logramos localizar a 77 niños desaparecidos.
Para su trabajo la Asociación cuenta con equipos técnicos integrados por profesionales en los aspectos jurídico, médico, psicológico y genético.
Cada uno de los niños tiene una causa abierta en la Justicia a la que se agregan las denuncias que se van recibiendo con el correr del tiempo y que conforman elementos probatorios que determinan su verdadera identidad y la de los responsables de su secuestro o tenencia ilícita.
Para asegurar en lo sucesivo la validez de los análisis de sangre hemos implementado un Banco de Datos Genéticos, creado por la Ley Nacional Nº 23.511, donde figuran los mapas genéticos de todas las familias que tienen niños desaparecidos.
Trabajamos por nuestros niños y por los niños de futuras generaciones, para preservar su identidad, sus raíces y su historia, pilares fundamentales de toda identidad.


Discurso de los NIETOS-HIJOS
Los jóvenes que fueron secuestrados escribieron en conjunto el discurso que se leyó en Casa Rosada

En los últimos años, se sancionaron diversas leyes que apuntaron a una reparación simbólica del daño cometido por el Estado genocida contra los detenidos y desaparecidos por razones políticas. De esta manera, se envió a la sociedad un mensaje muy claro: no hubo "errores" ni "excesos", sino un plan ejecutado desde el Estado y es por eso que el Estado reconoce su responsabilidad e indemniza. Estas políticas reparatorias se habían dirigido solamente hacia la población adulta. Pero también nuestra generación fue alcanzada por el accionar de las fuerzas represivas.

Para exponer esto claramente, hace más de 20 años, siendo niños, muchos de nosotros fuimos secuestrados con nuestros padres, incluso antes de nacer. Muchos de nosotros nacimos en cárceles o centros clandestinos de detención. Muchos, después de esas detenciones ilegales, fuimos devueltos a nuestras familias; muchos de nosotros no, y continuamos secuestrados, con nuestros nombres e historias robadas, hasta que fuimos restituidos. Para no ser ambiguos, muchos fuimos separados de nuestros padres violentamente cuando más los necesitábamos, muchos vivimos nuestros primeros meses de vida en la cárcel, muchos de nosotros fuimos torturados, muchos sufrimos las torturas inflingidas a los cuerpos de nuestras madres embarazadas de nosotros. Muchos permanecimos desaparecidos y volvimos. No fue el Estado democrático el que nos buscó: fueron nuestras Abuelas. Algunos volvimos por nuestros propios pies, con el miedo a cuestas. Aquí estamos. Con mucho dolor reconocemos y recordamos lo que nos pasó. Ahora queremos que otros lo reconozcan y lo recuerden. Nosotros, los niños de hace más de 20 años, los adultos del presente, creemos que es justo que el Estado asuma la deuda que tiene con nosotros.

Porque nos desamparó cuando más vulnerables éramos. Porque quedamos a merced de la arbitrariedad del poder genocida, que decidió para cada uno de nosotros una vida.

Este proyecto de ley contempla a quienes nacieron en cárceles o centros clandestinos de detención, a quienes siendo niños permanecieron detenidos-desaparecidos, a quienes fueron robados y les fue sustraída su identidad.

Pero la deuda no se salda de esta manera. La única manera de reparar el daño que sufrió nuestra generación es encontrar a cada uno de los niños desaparecidos de entonces, hoy hombres y mujeres, y facilitarles el regreso a casa por todos los medios de lo que dispone el Estado. Entonces sí, dejaremos de ser una generación apropiada, cuando no nos falte ninguno de nosotros.

Pero no hay reparación sin justicia. Mientras estén en libertad los que nos arrebataron nuestra identidad, los que nos apartaron de nuestras familias, los que nos torturaron, los que desaparecieron a nuestros padres, los que dieron las órdenes sin mancharse las manos... en pocas palabras, mientras todos los responsables de estos crímenes sigan en libertad, compartiendo con nosotros la vida cotidiana gracias a la impunidad que supieron forjar y que todavía los protege, esta reparación será ilusoria.

Entonces, saludamos la existencia de este proyecto y confiamos en que el Congreso lo convierta en ley, y seguimos exigiendo la restitución de los 500 de nosotros que siguen apropiados, la verdad sobre el destino de nuestros padres y la cárcel para los genocidas.

jueves

HERMANAS


El piso esta frío y siente sus pechos que se aplastan contra el. Los pechos que todavía no dejan de alimentar a sus hijos, los que hace mas de veinte años inauguraron con dolor lo que ahora recuerda con un dejo de melancolía.

El piso esta frío y duro, pero mas duro es ver como todos miran y callan. Nadie se atreve a ser castigado por hablar, por gritar a los cuatro vientos la injusticia, ni siquiera se atreven a llorar en el silencio de la noche.

Mañana se va a despertar y va a acomodar sus huesos, su cara, su pelo, va a dar de amamantar a su hijito, va a cuidar de sus hijos escolares, va a atender las necesidades de sus hijas adolescentes, va a mirar con orgullo y amor a sus hijos que ya son hombres, va a despedir en la puerta a su hombre con un mate y un beso y luego con la mirada baja va a ir por sus quehaceres.

Primero va a hacer las camas, luego lavara la ropa, preparara la comida para las doce y limpiara el piso, con amor, con olor a pino y lo hará brillar hasta que se pueda ver reflejada en el y lo cuidara todo el día para que a la noche, cuando su hombre se lo ordene, ella pueda acostarse en el y soñar con el bosque aquel donde corría de la mano de su hermana en la tierna infancia.

a Marthita.

LA CORONELA



Juana Azurduy nació, en el cantón de Toroca en las cercanías de Chuquisaca, el 12 de julio de 1780. Ese año la ciudad de La Paz fue sitiada por Tupac Catari y Bartolina Sisa, alzados en armas en apoyo a Túpac Amaru. Durante su infancia su familia tiene un buen pasar. Ella aprenderá el quechua y el aymará. Trabajará en el campo, en las tareas de la casa, y se relacionará con los campesinos e indios. A la muerte de su madre primero y luego de su padre, su crianza quedará a cargo de sus tíos junto a su hermana Rosalía. Su adolescencia será conflictiva, ya que chocará con el conservadurismo de su tía, por lo que será enclaustrada en el Convento de Santa Teresa. Se rebelará contra la rígida disciplina, promoviendo reuniones clandestina, donde conocerá la vida de Túpac Amaru y Micaela. Leerá la vida de Sor Juana Inés de la Cruz entre otros, lo que le llevará a la expulsión a los 8 meses de internada. De regreso a su región natal, conoce a Melchor Padilla, padre de su futuro marido, amigo de los indios y obediente de las leyes realistas, quien muere lejos de su casa, en una cárcel porteña, acusado de colaborar con otra rebelión indígena, en el año 1784. Ligados a la historia de la resistencia alto peruana, estos hitos biográficos de Padilla ejercerán una enorme influencia sobre la formación de Juana Azurduy.Manuel Padilla, hijo, establece una relación de profunda amistad con Juana. Éste frecuentó las universidades de Chuquisaca y compartió con Juana, su conocimiento por la revolución Francesa, las ideas republicanas, la lucha por la libertad, la igualdad, la fraternidad. Conoció los nombres de: Castells, Moreno, Monteagudo. El 8 de marzo de 1805 contrajeron matrimonio, y tuvieron tres hijos: Marino, Juliana y Mercedes.Gozaron de una buena posición económica, pero Don Manuel como era criollo no pudo participar de cargos en el cabildo. Con la caída de Fernando VII bajo la ocupación de Napoleón, el 25 de mayo de 1809 se produjo la revolución de Potosí.Manuel Padilla se sumó a la resistencia y encabezó a los indios Chayanta y triunfó. Juró servir a la causa americana y vengó a los patriotas fusilados en el levantamiento de La Paz. Un años después el general Vicento Nieto asumió la Real Audiencia, y condenó a la cárcel y a las mazmorras a todos aquellos que participaron de los levantamientos, entre ellos Padilla. Juana defendió con rebenque en mano su propiedad ante los realistas. Al año siguiente de la Revolución de Mayo, Manuel Padilla se unió a Martín Miguel de Güemes, fueron la pesadilla del ejército realista. Doña Juana quizo acompañarlos pero estaba prohibida la presencia de mujeres en el ejército.Su casa fue confiscada y debió ocultarse en la casa de una amiga. Manuel Padilla se enfrentó con las tropas realistas utilizando el método de guerrillas, venció en varias oportunidades y su nombre comenzó a convertirse en leyenda. Hacia 1813 los revolucionarios ocuparon Potosí y Padilla fue el encargado de organizar el ejercito, tarea a la cual se sumó ahora sí Juana. Su ejemplo hizo que muchas mujeres se sumaran a la gesta. "En poco tiempo, el prestigio de Juana Azurduy se incrementó a límites casi míticos: los soldados de Padilla veían en ella la conjunción de una madre y esposa ejemplar con la valerosa luchadora; los indígenas prácticamente la convirtieron en objeto de culto, como una presencia vívida de la propia Pachamama".Luego de la derrota de Vilcapugio y Ayohuma, la lucha se desplazó al nordeste de Bolivia, se le llamó la "Guerra de las Republiquetas". Durante este tiempo el cacique Juan Huallparrimachi, músico, poeta y descendiente de los incas, se unió a Juana Azurduy, fue su fiel lugarteniente. En el mes de marzo de 1814. Padilla y Azurduy vencieron a los realistas en Tarvita y Pomabamba. Pezuela, el jefe del ejército español, puso todo su batallón a perseguir a la pareja de caudillos. Las tropas revolucionarias debieron dividirse: Padilla se encaminó hacia La Laguna y Juana Azurduy se internó en una zona de pantanos con sus cuatro hijos pequeños. Allí se enfermaron cada uno de sus cuatro hijos, donde murieron Manuel y Mariano, antes de que Padilla y Juan Huallparrimachi, llegaran en auxilio. De vueltas en el refugio del valle de Segura murieron Juliana y Mercedes, las dos hijas, de fiebre palúdica y disentería. "Dicen los biógrafos que comienza aquí la guerra brutal contra los realistas:"Padilla es cruel, es sanguinario (...) La guerra se ha desatado bárbaramente; ya no es la ley del Talión la que prima, sino una ley más inhumana, por un muerto se exigen dos, por dos, cuatro", afirma Gantier". "Juana Azurduy está nuevamente embarazada cuando combate el 2 de agosto de 1814 con Padilla y su tropa, en el cerro de Carretas. Y Juana Azurduy sufre ya los dolores de parto cuando escucha las pisadas de la caballería realista entrando en Pitantora. Luisa Padilla, la última hija de los amantes guerreros, nace junto al Río Grande y experimenta ahora en brazos de su madre los ardores de la vida revolucionaria".Un grupo de suboficiales quisieron arrebatarle la caja con el tesoro de sesenta mil duros, el botín de guerra con el que contaban para su supervivencia las tropas revolucionarias, y que Juana Azurduy custodiaba con celoso fervor. Juana se alzó frente a ellos con su hija en brazos y la espada obsequiada por el General Belgrano.Feroz y decidida, montó a caballo con la pequeña Luisa y, juntas, se zambullieron en el río. Lograron llegar con vida a la otra orilla. La hija recién nacida quedó a cargo de Anastasia Mamani, una india que la cuidó durante el resto de los años en que su madre continuó luchando por la independencia americana. En 1816 Juana y su esposo, quienes tenían bajo sus ordenes 6000 indios, sitiaron por segunda vez la ciudad de Chuquisaca. Los realistas lograron poner fin al cerco, y en Tinteros, Manuel Ascencio Padilla encontró la muerte. Manuel Belgrano, en un hecho inédito, envió una carta donde la nombraba teniente coronel. La cabeza de Padilla fue exhibida en la plaza pública durante meses, ésta se convirtió en un símbolo de la resistencia. El 15 de mayo de 1817 Juana al frente de cientos de cholos la recuperó.Juana Azurduy intentó reorganizar la tropa sin recursos, acosada por el enemigo, perdió toda colaboración de los porteños. Juana decidió dirigirse a Salta a combatir junto a las tropas de Güemes, con quien estuvo tres años hasta ser sorprendida por la muerte de éste, en 1821. Decidió regresar junto a su hija de 6 años, pero recién en 1825 logró que el gobierno le dé cuatro mulas y cinco pesos para poder regresar. En 1825 se declaró la independencia de Bolivia, el mariscal Sucre fue nombrado presidente vitalicio. Este le otorgó a Juana una pensión, que le fue quitada en 1857 bajo el gobierno de José María Linares. Doña Juana terminó sus días olvidada y en la pobreza, el día 25 de mayo de 1962 cuando estaba por cumplir 82 años. Su restos fueron exhumados 100 años después, para ser guardados en un mausoleo que se construyó en su homenaje.Esta carta fue escrita ocho años más tarde de la muerte de Guemes, cuando vagaba pobre y deprimida por las selvas del Chaco argentino:"A las muy honorables juntas Provinciales: Doña Juana Azurduy, coronada con el grado de Teniente Coronel por el Supremo Poder Ejecutivo Nacional, emigrada de las provincias de Cbarcas, me presento y digo: Que para concitar la compasión de V. H. y llamar vuestra atención sobre mi deplorable y lastimera suerte, juzgo inútil recorrer mi historia en el curso de la Revolución. Aunque animada de noble orgullo tam "Uno de los pocos momentos de felicidad fue aquel en que sorpresivamente Simón Bolívar, acompañado de Sucre, el caudillo Lanza y otros, se presentó en su humilde vivienda para expresarle su reconocimiento y homenaje a tan gran luchadora. El general venezolano la colmó de elogios en presencia de los demás, y dícese que le manifestó que la nueva república no debería llevar su propio apellido sino el de Padilla, y le concedió una pensión mensual de 60 pesos que luego Sucre aumentó a cien, respondiendo a la solicitud de la caudilla: "Sólo el sagrado amor a la patria me ha hecho soportable la pérdida de un marido sobre cuya tumba había jurado vengar su muerte y seguir su ejemplo; mas el cielo que señala ya el término de los tiranos, mediante la invencible espada de V.E. quiso regresase a mi casa donde he encontrado disipados mis intereses y agotados todos los medios que pudieran proporcionar mi subsistencia; en fin rodeada de una numerosa familia y de una tierna hija que no tiene más patrimonio que mis lágrimas; ellas son las que ahora me revisten de una gran confianza para presentar a V.E. la funesta lámina de mis desgracias, para que teniéndolas en consideración se digne ordenar el goce de la viudedad de mi finado marido el sueldo que por mi propia graduación puede corresponderme".

martes

LA PASIONARIA

Dolores Ibarruri Gómez, «La Pasionaria», nació el 9 de diciembre de 1895.

Aunque su apellido paterno suele hoy acentuarse en la segunda sílaba, como palabra esdrújula, los documentos más antiguos y la propia pronunciación de La Pasionaria hacen creer que era palabra llana, con acento tónico en la `u'.
Natural de Gallarta, provincia de Vizcaya, nieta, hija, hermana y esposa de mineros, pertenece por toda esa vinculación familiar al mundo vascongado obrero, y más específicamente minero.
Su padre era carlista, como mucha gente trabajadora y modesta de Vasconia; pero, por su modestia o por otros motivos, no quería asistir a los mítines del partido carlista, y a ellos mandaría, siendo todavía una muchachita, a su hija Dolores, la cual sobresalía como alumna en la escuela del lugar, cuya maestra quiso obtener el permiso de los padres de Dolores para que ésta siguiera los estudios de magisterio. Asistiendo a esos mítines se despertó y se empezó a formar el talento oratorio de la futura Pasionaria.
La penuria económica de la familia y los prejuicios de la época frustraron los estudios de Dolores, quien tuvo que ponerse a servir siendo una adolescente.
Tras su casamiento (1916), siendo devota de la Pasión de Jesús, empieza a usar el seudónimo de `La Pasionaria'; ya orientada a la militancia socialista, con ese seudónimo escribe su primer artículo en El minero vizcaíno, en 1918.
El 15 de abril de 1920 la agrupación socialista de Somorrostro (donde ella vivía y militaba) se suma a la fundación del Partido Comunista Español, en el cual militaría Dolores hasta su muerte en 1989. Ya en 1920 La Pasionaria es nombrada miembro del Comité Provincial del Partido. En 1921 se produce la fusión entre el P.C. Español y otra formación, reconstituyéndose con el nombre de `Partido Comunista de España'.
El nombre de guerra de La Pasionaria también ha evolucionado. En el período de su máxima popularidad todo el mundo decía `La Pasionaria', con el artículo. Ya en el exilio, tras la derrota de la República Española en 1939, pareció más fino quitar el artículo (que sonaba a oídos cultos tal vez como el que se usa en las dicciones populares `el Carlos', `el Andrés', `la Juanita'). Y así fue como se pasó de `La Pasionaria' a `Pasionaria'. Aquí seguimos la manera que fue normal de referirse a ella en el período de su esplendor político, 1931-39. Miembro del Comité Central del P.C.E. desde 1930 (cuando, caído el dictador General Primo de Rivera, el rey Alfonso XIII trataba desesperadamente de salvar la monarquía borbónica de su probable hundimiento), trabaja desde 1931 en Madrid, en la redacción de Mundo Obrero. Reelegida miembro del Comité Central en el IV Congreso del Partido (celebrado en Sevilla en marzo de 1932 y en el cual fue reemplazado el equipo de José Bullejos por el de José Díaz Ramos en la dirección del Partido); por entonces fue encarcelada, igual que lo había estado antes y lo volvería a estar después en diversas ocasiones y durante períodos más o menos prolongados; siempre por sus proclamas revolucionarias o su participación en luchas obreras que fácilmente se convertían en disturbios.
El apogeo de su vida política revolucionaria tiene lugar cuando se convierte en figura más popular del P.C.E. en 1935-39. Le granjearon enorme apoyo popular su oratoria pero, sobre todo, el involucrarse personalmente en las luchas obreras y populares. Ya diputado por Asturias (desde febrero de 1936) se encierra con los mineros en huelga, en el pozo; se planta en la calle de un suburbio madrileño junto a vecinos pobres desahuciados y cuyos modestos enseres habían sido malamente arrojados a la vía pública; y todo eso la hace inmensamente popular junto con sus discursos parlamentarios (en aquel parlamento --no como en el actual-- los diputados tenían derecho de hablar, de pronunciar discursos). Y odiada por los reaccionarios, que --según costumbre hispana-- le reprochan una supuesta promiscuidad sexual (al parecer puramente legendaria) como motivo de descrédito.

En el famoso debate parlamentario de junio de 1936, La Pasionaria pronunció uno de los más sonados y percutantes discursos de su vida (16 de junio), denunciando las maquinaciones fascistas y la preparación del golpe de estado con la complicidad de muchos militares, capitalistas y terratenientes y ante la pasividad y el dejar-hacer del gobierno. Los reaccionarios difundieron versiones fantásticas sobre ese discurso según las cuales habría amenazado a Calvo Sotelo con palabras como «¡Usted ha hablado por última vez!» y otros infundios de parecido tenor.
Al producirse la sublevación fascista en 1936, La Pasionaria despliega una titánica actividad, con sus discursos, visitas al frente, viajes de propaganda republicana --como el de París, en 1936-- con su labor de agitación, inventando o adaptando los eslóganes más célebres de la guerra (`más vale morir de pie que vivir de rodillas', `¡No pasarán!', etc.).
Es elegida Vicepresidenta de la Cortes en 1937. Idealizada por la leyenda obrera y antifascista, cantada por los poetas (Nicolás Guillén, Machado, Alberti, Miguel Hernández, etc.), todavía encuentra tiempo para proteger a los católicos de la represalia incontrolada de las masas y de la vindicta anarco-anticlerical.
Es célebre la anécdota de cómo salvó de tales desmanes a las monjas de un Convento, anécdota confirmada por testimonios de religiosas que fueron partícipes en los hechos. Una de ellas le escribió (tomo la cita del libro de Vázquez Montalbán, p. 159): `Me ha parecido que le agradaría a Ud saber, no sólo que su memoria perdura en el agradecido y amante recuerdo de las hermanas, sino en el cuadro de su patrona, la Virgen Dolorosa [que] tiene aún una inscripción al dorso que justifica su procedencia y una tarjeta de campaña con la efigie de Ud., también allí bajo la protección de Nuestra Madre del Cielo'.
Es indudable que la Pasionaria no actuó en aquella ocasión sólo por motivos humanitarios y sentimentales, sino que su acción obedecía a la línea política del Partido Comunista y de su Secretario General, José Díaz Ramos, de favorecer la restauración del orden republicano y el imperio de la ley, de poner coto a los desmanes y de propiciar así una amplia alianza republicana y el aislamiento de los fascistas, atrayéndose o neutralizando también a los católicos respetuosos del orden constitucional. Pero eso no estaba reñido con obrar a tenor de sentimientos.
En particular hay un motivo que reaparece en discusiones ulteriores de la Pasionaria (a pesar de que, al alejarse de 1939, sus escritos y alocuciones pierden brío, vigor y enlace con la realidad española), a saber: que, no habiendo nacido nadie comunista (ni republicano, ni demócrata, ni...), habiendo accedido cada uno a las posiciones que profese en un momento a partir de otras, no ha de mirar con condescendencia o con desprecio a quienes hoy defienden esas otras que él ha abandonado, sino de algún modo tender un puente, facilitar un diálogo con mutua comprensión. ¿Es ésta una especulación?
Creo que se puede documentar esa atribución a la Pasionaria citando frases de sus escritos y discursos, y declaraciones en sus autobiografías. Además tampoco es una gran novedad, pues muchas indicaciones así abundan en la vieja prosa marxista-leninista, aunque posiblemente con otros matices, tal vez con una idea de corte o de ruptura (salto, conversión, renacimiento mental) que no se aprecian en la visión, más continuista de la Pasionaria (quien se guía seguramente más por el sentido común que por dictados o imperativos de una gran teoría). En cualquier caso, no deseo aquí sino emitir esa conjetura, que juzgo fundada, y no adentrarme en probar que lo es --tarea siempre ardua.
Está controvertido cuál fue su papel en los momentos póstumos de la resistencia republicana en los primeros meses de 1939, pero parece acreditado que hasta el último minuto defendió la causa de continuar la resistencia hasta el fin y no rendirse.
Desde su exilio en 1939, La Pasionaria ya no volvió a ser la gran figura de la lucha popular y obrera. Se había formado autodidácticamente, pero era persona temperamental, espontánea, que necesitaba, como la savia, el contacto con el pueblo, con la masa. En el exilio ruso, su aportación fue disminuyendo y haciéndose menos valiosa.
Accede a la Secretaría General del Partido en 1942 (cuando se suicida, por los padecimientos de su grave enfermedad, José Díaz); en 1960 (VI Congreso, enero de 1960) dimite y es nombrada Presidenta del Partido. Pero se eclipsa su papel real. Desde 1956 el jefe efectivo es Santiago Carrillo Solares, un líder de las juventudes socialistas que ingresó en el PCE en 1936. La Pasionaria, desde 1956, avaló la línea de reconciliación nacional del nuevo jefe fáctico del Partido Comunista, si bien en sus propios discursos siempre se notaron otros acentos y otros matices que faltaban en la prosa de Carrillo.
En 1977 regresa a España tras 38 años de exilio. Es reelegida --de nuevo por Asturias-- diputada (ahora ya se decía `diputada' y no `diputado'); pero nulo o escasísimo papel jugó La Pasionaria en aquellas amañadas Cortes bicamerales en las que se tramó y se urdió la hoja de parra constitucional del poder borbónico restaurado.
En 1983 participa en la manifestación de solidaridad con las Madres de la Plaza de Mayo argentinas.
Muere en Madrid en 1989. Pronuncian las elegías Rafael Alberti y Julio Anguita, que poco antes había sido elegido Secretario General del Partido Comunista de España.

viernes

EL VERBO MAS BELLO


ME VA LA VIDA EN ELLO

Luis Alberto Aute

Cierto que huí de los fastos
y los oropeles,
y que jamás puse en venta ninguna quimera.
Siempre evité ser un súbdito
de los laureles
porque vivir
era un vértigo y no una carrera...
Pero, quiero que me digas, amor,que no todo fue naufragar
por haber creído que amar
era el verbo más bello ...dímelo ...
me va la vida en ello.
Cierto que no prescindí
de ningún laberinto
que amenazara
con un CALLEJÓN SIN SALIDA.
Ante otro "más de lo mismo"creí en lo distinto
porque vivir
era búsqueda y no una guarida...
Pero, quiero que me digas, amor ...
Cierto que cuando aprendí
que la vida iba en serio,
quise quemarla de prisa
jugando con fuego.
Y me abrasé defendiendo
mi propio criterio
porque vivirera más que unas reglas en juego...
Pero, quiero que me digas, amor...